Justicia !

 

Esto es lo que todos nosotros demandamos cuando vemos injusticias en este mundo. Si alguien matara a su familia, o robara su casa, usted haría que el criminal sea llevado a juicio, sea declarado culpable y sentenciado a ir a la cárcel. Este es nuestro sentido natural de justicia.

Mi pregunta para usted es: ¿Cree que el creador del Universo es justo? Y más aún: ¿Es bueno para usted que Dios sea un juez justo? Esta pregunta es muy importante que usted la resuelva antes de morir, ya que Dios dice que después de la muerte viene el juicio (Heb.9:27). Tal vez le hayan enseñado que después que usted muera va a ir a un lugar intermedio, o el purgatorio, pero no es así, hay sólo dos destinos eternos: El Cielo y el Infierno, y el mismo Señor Jesús nos habló sobre esto (Mateo 7:13-14). Dios es el juez, y quiéralo usted o no, va a morir y se va presentar delante de Él, inclusive podría ser hoy, ya que miles de personas mueren diariamente sin ni siquiera haberlo pensado, y su destino eterno va a ser o el cielo, o el infierno.

Entonces, al saber esto, usted tiene que estar seguro si usted es culpable o inocente en el juicio, y por eso quiero ayudarle a saberlo antes de que llegue allá y sea demasiado tarde. Para esto debe saber si usted ha quebrado la ley de Dios, la cual se encuentra en Éxodo capítulo 20, en la Biblia, la santa palabra de Dios. Veamos entonces Su ley justa, ante la cual debemos temblar. (Por motivos de espacio la ponemos en forma abreviada, pero le pedimos que lea su biblia por usted mismo, para que la vea completa): No tener otros dioses, no hacer ni honrar imágenes o estatuas, no tomar el nombre de Dios en vano, guardar el día de reposo, honrar a padre y madre, no matar, no adulterar, no robar, no mentir, no codiciar. Dios dice que si usted quiebra la ley en un punto, se hace culpable de todos (San. 2:10), y también nos dice por ejemplo, que todos los mentirosos, incrédulos, fornicarios, idólatras, etc., irán al infierno (Apoc. 21:8).

Como verá, es imposible que usted haya obedecido TODAS estas leyes de Dios. Sin embargo, usted podrá decir: somos humanos, no somos perfectos, o, nadie las ha obedecido. Esto es verdad, por eso que Dios dice que: No hay justo, ni aun uno; (Rom.3:10) No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno (Rom.3:12); Todos están condenados (Rom.5:18).

Yo no lo conozco a usted, pero es probable, que esté pasando por momentos difíciles en su vida, problemas familiares, financieros, de salud, sentimentales, etc., realmente lo lamento. Pero ahora, su más terrible problema, y por el cual usted no tiene paz (Isaías 57:21), es que hay un juez justo, Dios, que tiene que hacer justicia con usted en el juicio, y ese día puede ser hoy. Inclusive, su conciencia lo acusa, ya que usted sabe las cosas malas que ha hecho en su vida ¿Qué pues va a hacer ante este terrible problema con su creador y su juez si muere hoy? Acuérdese que durante toda su vida le ha desobedecido siempre, y le ha provocado a ira (Efesios 2:3).

¿Sabía usted que Dios es juez justo y está airado contra el pecador todos los días? (Salmos 7:11). Esto le puede parecer demasiado diferente del dios que le han contado, pero es verdad. En Su justicia, Él es el único que le puede decir al hombre que es culpable, por medio de Su palabra, y tiene que condenar a los pecadores injustos al infierno. Así como los que quiebran las leyes de nuestro país tienen que ir a la cárcel, usted ha quebrado las leyes de Dios, y merece Su justa condenación.

¿Cómo pues podrá usted ser salvo? Primero que todo, quiero decirle que no puede quitarse la culpa usted mismo, ni tampoco puede hacer obras para salvarse ¿Qué ladrón llegaría al juez y le diría: Juez, no creo que me merezca esto, o, juez, le prometo que si me deja libre, me voy a portar bien? ¡Eso no puede ser! La justicia tiene que ser satisfecha, y la justicia de Dios es perfecta. El culpable debe ser condenado, por lo tanto usted está en un grave problema.

Muchos aún creen que hay algo bueno en ellos para que Dios los mire con agrado, pero la Biblia dice: Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia (Isaías 64:6). Así que no se trata de ser buenos o malos, se trata de justicia, y por medio de ésta, usted y toda la humanidad están condenados según la ley de Dios.

Sin embargo, Dios también es misericordioso, bueno y perdonador, pero Su justicia tiene que ser satisfecha.

Entonces, ¿Qué hizo Dios para que podamos ser inocentes en el juicio? Dios, en su gran amor , envió a su amado hijo Jesucristo, (Juan 3:16) quién nunca pecó, y satisfizo su justicia en Él. Cristo murió, fue quebrantado, y padeció en la cruz (Isaías 53), como el único medio para la salvación de los hombres. Esto quiere decir que para que el hombre sea declarado inocente delante del juez, Cristo tuvo que padecer la ira que el pecador merece, ya que el pecado le produce ira a Dios. Él llevó la culpa, la condenación, la maldición que el pecado causa al hombre, sufriendo todo eso por amor, y obediencia al Padre.

Si usted quiere ver la muestra del amor de Dios a este mundo que no lo quiere ni lo busca, mire a la cruz, al salvador del mundo, vaya a Él, y no mire para atrás, ya que sólo en Él puede haber salvación y descanso para su alma cargada con la culpa del pecado (Hechos. 3:19).

De repente usted tiene alguna religión, y usted está seguro que es el camino correcto, pero si analizáramos su religión a través de la Biblia, ¿Dejaría su religión si contradice a la Palabra de Dios? Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:6). Hay miles de religiones, y todas dicen ser la verdad, pero la verdad es que nadie es salvo por ninguna religión, sino por Cristo.

 

¿Cómo pues saber cuál es la verdad? Cristo dijo ser la verdad, y dijo: Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad (Juan 17:17). Como usted puede ver, Jesús nos dice que la Biblia es la verdad, y mi pregunta para usted es: ¿Ha leído usted TODA la Biblia como para tener la seguridad absoluta de que lo que le han dicho es verdad? Esto es muy importante ya que toda la Escritura es inspirada por Dios (2 Tim.3:16), y solamente en ella encontramos la verdad de la salvación. ¿Lo han engañado? ¿Cómo sabe qué no? Lo que en verdad sabemos es que los hombres son mentirosos, pero Dios no miente, y nos ha dejado Su palabra para que le conozcamos y tengamos vida eterna (Juan 17:3).

 

¿Qué debe usted hacer? Dios le manda a usted, que se arrepienta de sus pecados, esto es, que los confiese a Él, y que se aparte de ellos, ya que para Dios son abominables y terribles. No debe ir a ningún hombre, ya que ningún hombre tiene la potestad de perdonar pecados, y la Biblia nunca nos dice que hagamos eso. Además de esto, Dios le manda que ponga toda su confianza en Cristo, sólo en Cristo, para el perdón de sus pecados y la vida eterna (Hec. 4:12). Confíe en Él, abandone su propia bondad y supuestas “buenas obras”, y será salvo. Jesús dijo: Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí (Mateo 10:38).

¿Cómo podemos tener la seguridad que sólo Cristo puede salvarnos? La certeza es que Cristo fue sepultado y resucitó al tercer día, confirmando que todo lo que Él había prometido se cumplió, se cumple, y se cumplirá. Todo esto fue anunciado en la Biblia por medio de los profetas antes de que Cristo naciera, por eso es que podemos creer firmemente en la palabra de Dios.

¿Cómo se evidencia la salvación? Jesús dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3), y esto es lo que justamente Dios hace en su inmenso poder, Él transforma vidas (2 Cor.5:17). Básicamente el corazón del hombre es transformado, ya no se deleita en las cosas malas, al ser perdonado ama a Dios, busca a Dios y puede obedecer sus mandamientos. Todo esto quiere decir que la salvación y el cambio de vida son obras poderosas de Dios en los hombres, ya que nadie se puede salvar ni cambiar a sí mismo, Él es quien hace la obra (Tito 3:5).

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Sólo usted y Dios saben todo lo que ha hecho en su vida, así que ruéguele a Dios que le salve y le trasforme, para que no continúe desobedeciéndole. Ponga toda su confianza en el Salvador, quien murió y resucitó como el único mediador entre Dios y los hombres. Si no lo hace, la ira de Dios continuará sobre usted, por rechazar su amor y perdón (Juan 3:36).